Mis primeras mascotas fueron animalitos regalados en cumpleaños o quermeses (eran muchos y vivían muy poco), ahí comencé a entender lo que significa el duelo.

Regalaban de todo en estas fiestas... ahora que lo pienso era una crueldad y al mismo tiempo la ilusión de todo niño... ganarse unos peces-tortugas-pollos-patos en algún concurso, difícilmente las mamás podían decir "no te lleves eso", rompería el corazón de sus hijos.

Pues lo primero que yo llevé a mi casa fueron peces, cinco tal vez, de los cuales tres ya flotaban cuasidormidos a la semana de estar en la pecera, porque... claro, después de ganarse los peces, el papá o la mamá tienen que comprarle a la mascota un lugar en donde pueda vivir, no creo que hubieran sobrevivido más de dos horas en el vasito de plástico en el que estaban.

Recuerdo haberle dicho a mi mamá: "¡mira cómo duermen!" al siguiente día ya no estaban en la pecera... me quedó grabado: pez que flota panza parriba no duerme... ha muerto.

Le siguieron un par de tortugas, Griselda y Anastasia, recuerdo sus nombres más no su paradero. Me acuerdo también que vivían en una bandejaverde con una palmera, les dábamos de comer, les cambiábamos el agua, las volteábamos, las poníamos en el piso para que hicieran carreritas... no creo que hayan sido unas tortugas muy felices, ni tranquilas, se han de haber muerto de un infarto o algo así.

Tuvimos un gallo, que comenzó siendo un pollito (regalado por un mago en una fiesta), se llamaba Paquito y vivía en el minúsculo patio de la cocina, a ese pobre sí le pasó de todo. De chiquito era muy bonito, todos queríamos estar con él, luego creció y se empezó a poner feo, pero seguíamos jugando con él y cuando digo jugando con él me refiero a que el no jugaba y nosotros sí. Como el día en que llegamos y encontramos a mi hermana pasándole la pistola del pelo al pobre Paquito, "... es que olía muy mal y lo tuve que bañar y perfumar", nos explicó a todos, "sólo le paso la pistola para que no se enferme", ¡la pistolaparaquenoseneferme! "¡esto es inaudito, tengo derechos!", hubiera gritado el gallo si hubiera podido.

Al tiempo le compramos una gallina, María, para que fuera feliz y se sintiera más macho, el pobre ya estaba tan tocado que ni caso le hizo y al poco tiempo: "¡Está empollando, María está poniendo huevos!"... otra vez me lo grabé bien: gallina que esta en posición de empollar no necesariamente esta incubando un huevo, sino... su muerte.

Pedro vino después... el buen Pedro... la historia más triste y traumática, para mí, ya que aún no supero su desaparición. Pedro era un pato, no me queda claro de dónde lo saque, pero vivía en la regadera de mi hermano, ésa era su casa, tenía periódico para sus caquitas, tenía juguetes y comida. Pedrito, como lo llamaba, era un pato muy chistoso y muy inteligente, vivió con nosotros un tiempo, no sé cuánto, aunque en mi memoria afectada creo que fueron años, ya me corregirán los que sí saben bien.

Un día Pedrito-el-pato-de-la-regadera empezó a cogear, la pata del pato se debilitó, no sabíamos qué le pasaba pero no caminaba bien, me rompía el corazón verlo. Un día mi papá me dijo que se lo llevaría a un lugar en donde se iba a curar e iba a estar mejor... se lo llevaría al lago de Chapultepec (si fuera esto una películasonaría una música celestial al mencionar "lago de Chapultepec"), en donde estaría con más patos que lo cuidarían y querrían mucho, en donde la gente lo podría visitar y darle de comer... no sonaba nada mal el futuro de Pedro así que acepté, lo extrañaría mucho pero era por su bien.

Así que se lo llevó una noche, yo lloré y lloré y cuando regresó rápidamente fui a preguntar cómo le había ido, me dijo que muy bien, que cuando llegó otros patos fueron con él y se lo llevaron... pobre niña inocente... me creí tooooodo el cuento... pero hace unos años, no muchos, mi papá me confesó que nunca lo llevó a Chapultepec, que fue a un terreno y lo dejo ahí... "¿¡Qué?!" en mi fantasía Pedro era parte de los patos del castillo (aún hasta los 24 años... ¡no me juzguen! la edad no existe en el mundo de la ilusión) Aún me cuesta trabajo hablar al respecto, mejor pasamos a otro punto.

Los cangrejos de mi hermana, no tuve mucha relación con ellos, sólo vivían en mi cuarto en una caja de cristal. Sólo los menciono para darles su lugar en el hall of death, ya que lo único que hicieron interesante en su vida fue morir. Primero se pusieron morados, luego se les cayeron las patas, una por una, luego se pusieron negros, luego apestaron y lueeeego se murieron. Hay que aceptar que son originales los animales estos, ¿no?

Perros y gatos también forman parte de mi relato, pero lo dejaré para otra ocasión, ya que esta vez me limité a mascotas de feria.

Todos estos animales han marcado mi vida, todos han dejado huella y todos forman parte del cementerio de mascotas, el cual esta lleno de historias, algunas gratas, otras no tanto, algunas cómicas y otras desagradables, si quieres compartir alguna conmigo... "aquí se aceptan mascotas"... no, "aquí se aceptan historias de mascotas"... mejor.