Hola a todos! Después de un tiempo de ausencia creativa en este blog, pues me tomo un tiempo para escribir... En estos momentos me encuentro a cinco días de acabar la universidad, se dice fácil, pero está perro...

El post de Anita me inspiró para decirle un par de cosas, por eso le puse un comentario... Todo lo que dije ahí, y por supuesto lo que Anita escribió, se dice fácil, pero está cabrón.
Hace poco se tomó en el zócalo de la ciudad capitalina una fotografía en la que un poco menos de 20,000 personas desnudas posaban para el fotógrafo. Cada quien seguramente posaba por razones diferentes: desmadre, liberación, hacer un statement... El hecho es que casi 20,000 personas se desnudaron en el mismo lugar donde meses antes AMLO se manifestaba por razones muy diferentes de las cuales motivaron la gente a desnudarse en el zócalo... ¡¡¡20,000 personas desnudas juntas en el zócalo del DF!!! Se dice fácil, pero qué cosa!
Toda nuestra discusión sobre el aborto fue, me parece, enriquecedora, pues hubo diálogo (inclusive catfight), argumentaciones, opiniones... Todas ellas fácilmente escribibles, publicables... Algunos reconocen que no tienen postura ante tal asunto; hasta que no estén ahí no podrán decir qué opinan sobre el aborto. Ellos reconocen que todo sobre el aborto, se dice bien fácil... hay que estar ahí para hablar y en serio hablar, o estar ahí para darse cuenta de que hay cosas de las cuales no se puede hablar, pues las palabras no alcanzan.
El hecho es que se dice fácil... En general las cosas se dicen fácil... Por supuesto, todo se dice fácil mientras no se trate de hablar de uno mismo, eso sí que no se dice nada fácil, pero hablar de temas universales, de los demás; en suma, "del otro", es bien fácil... Es más fácil cuando uno se asume "beyond" lo que se está diciendo, eso lo facilita aún más.
Creo que todo esto está relacionado por una parte con la soberbia y el narcisismo, porque "yo soy lo suficientemente chingón como para decir algo sobre alguien o algo", por otro lado creo que, como dije antes, también está relacionado con el hecho de sentir muy ajeno aquello de lo que se habla, así es más fácil decir algo. Pero sobre todo, me parece que está relacionado con la operación de sustraerle a las palabras su peso, su importancia y relevancia, su identidad con las cosas sobre las cuales se está hablando. Es más fácil hablar sobre el aborto, si el término no me remite a ninguna imágen, experiencia, recuerdo... Así es más fácil hablar... Si aborto no es más que seis letras con un significado de diccionario, se hace fácil gastar la palabra. El chisme es, por antonomasia, el mayor exponente de "lo fácilmente dicho" porque su objetivo es sólamente decirlo, decirle a alguien algo de alguien más, aquí sí que el hablante le quita todo el peso a sus palabras y para él, no significa nada aquello que está diciendo, pues si significara, no lo diría...
Entonces mi pregunta (aún sin respuesta), es ¿cuál es el justo medio? ¿Lo hay? ¿Dónde está la frontera entre decir algo que uno piensa y el gasto de las palabras en la facilidad de decirlas? ¿En qué momento tengo licencia de hablar sobre algo, sin que "lo diga fácil"? La respuesta no puede estar en la experiencia, no es posible solamente hablar de lo que se ha vivido, hay muchas cosas de las que se puede y debe hablar que no hemos vivido... La respuesta tampoco está en hablar "en neutro", o sea, hablar en términos de "conceptos, valores, situaciones" absolutamente ajenos a mí y a toda persona (para no herir suceptibilidades), porque volvemos al "se dice fácil".
No se... ustedes, ¿qué opinan?